La ptosis o párpado caído al nacimiento, es una entidad poco frecuente y puede asociarse con otras malformaciones de los ojos y de la cara.
En algunos casos se pueden demostrar malformaciones asociadas y debidas a herencia o problemas familiares; pero en la mayoría no es posible descubrir la causa.
Es multidisciplinario y debe incluír el examen cuidadoso de los ojos y funciones neurológicas; es importante descartar otras lesiones asociadas, como transtornos de los movimientos oculares, ceguera, astigmatismo y ceguera adquirida por desuso del ojo o ambliopia.
Cada caso es valorado individualmente y de acuerdo a la gravedad y función palpebral presente, se decide la técnica:
Fasanella-Servat: se acorta el párpado por dentro; se puede hacer con anestesia local en los adultos.
Resección del elevador: Con esta operación se separa y se tensiona el músculo encargado de mover el párpado hacia arriba. Injertos de fascia: se extraen injertos de fascia lata (Una especie de tendón) del muslo y se suspende o cuelga el párpado afectado, de la frente.
Otras: Pueden hacerse otras cirugías diferentes a las mencionadas, de acuerdo al caso.
Cualquier edad es apta para la operación; a más temprana edad, menos posibilidades de desarrollar ambliopía y astigmatismo.
La mayoría de entidades prestadoras de salud dan cobertura a sus afiliados; en caso de no tener EPS, el paciente puede ser cubierto por una ARS o en su defecto, puede todavía ser operado gratuitamente en campañas por medio del IVA social.
En la gran mayoría de pacientes se logra una mejoría notable en el aspecto y función de los párpados. Se despeja el eje visual y se evitan problemas mayores como astigmatismo, ambliopía y mala posición del cuello y cabeza.
En todos los casos es prácticamente imposible lograr la perfección y siempre queda un transtorno llamado lagoftalmos, consistente en dificultad para cerrar el ojo, lo que puede causar molestias de sequedad del ojo al dormir. Cuando se usan injertos de fascia quedan cicatrices visibles en el muslo.
