La cirugía del esqueleto facial tiene que ver con el origen mismo de la cirugía plástica. Tratando pacientes con heridas y fracturas graves de la cara, durante la primera y segunda guerra mundiales, se formaron los primeros cirujanos plásticos.
Es frecuente que se presenten pacientes para cirugía del esqueleto facial, porque es una zona afectada por fracturas en accidentes.
Otras personas acuden al cirujano para cambiar aspectos antiestéticos de su cara o para tratar problemas de la mordida (oclusión) originados en diferencias en el tamaño de la mandíbula y el maxilar superior. Existe en algunos casos confusión y en otros desconocimiento, sobre este campo de la cirugía plástica. Leer este documento le ayudará a entender algunos aspectos.
Es sorprendente el ingenio de las técnicas desarrolladas por los cirujanos plásticos para hacer cirugías de los huesos de la cara, sin dejar cicatrices visibles, ya que la mayoría de los huesos pueden ser operados desde dentro de la boca, por dentro de la nariz, o a través de los párpados. Otras veces se hacen por incisiones ubicadas en zonas poco o nada visibles, como dentro del pelo, por delante de las orejas o debajo de la mandíbula. A través de estas rutas se hace posible mover, aumentar, tallar, disminuir, o reparar cualquier hueso de la cara, de acuerdo a las necesidades del paciente.
El uso de técnicas especiales en cirugía plástica como son los injertos de hueso, los colgajos o transplantes de la misma persona, y la aplicación de materiales para relleno, llamados aloplásticos, expande más todavía las posibilidades de tratamiento.
También el desarrollo de herramientas más especializadas para cortar, perforar y tallar huesos, hacen cada vez más rápida y menos traumática la cirugía del esqueleto facial.
En los últimos años se dispone de mejores elementos para unir los huesos, lo que se conoce como materiales de osteosíntesis (Platinos y tornillos), casi siempre confeccionados con metales nobles, livianos, resistentes y tolerables por el organismo como el titanio. Tales elementos aseguran una buena reparación de los huesos de la cara, con tiempos de recuperación más cortos y con mayor seguridad.
Si usted o un familiar suyo ha sufrido una fractura de alguno de los huesos de la cara, es muy probable que sea atendido por un cirujano plástico, ya que es uno de los especialistas con más experiencia en este tipo de traumas.
Las fracturas más frecuentes son las de la nariz, que en muchas ocasiones necesitan tratamiento con cirugía, para evitar deformidades y aplastamientos que alterarían el aspecto estético y la función nasales.
Fracturas como las de los maxilares pueden requerir cirugías para unir los huesos y recuperar la mordida que se ha alterado. En algunos pacientes (No en todos) es necesario fijar los dientes de manera transitoria (no se puede abrir la boca por un tiempo), mientras los maxilares sanan adecuadamente para mantener así una mordida normal.
Cuando se afecta la órbita (cuencas de los ojos) las cirugías se realizan para recuperar la armonía facial y mantener los movimientos y posición normales de los ojos y párpados.
Las cirugías de fracturas de la cara se realizan en los días siguientes al accidente, una vez las condiciones del paciente sean estables, se tenga la disponibilidad del grupo tratante y los materiales adecuados. Los mejores resultados se obtienen operando lo más rápidamente posible; retrasos de semanas o meses pueden convertir lesiones o fracturas sencillas en problemas más serios y a veces intratables.
Es la operación que se efectúa para embellecer la cara: cambios muy sutiles en el perfil, en el mentón, los pómulos, los ángulos de la mandíbula o la línea de la sonrisa, pueden hacer grandes diferencias estéticas.
La cirugía más común es el aumento del mentón o Mentoplastia que se hace generalmente cortando y avanzando el hueso del mentón, aunque en algunos casos se usan prótesis de silicona.
Se efectúa cuando el objetivo de la operación es recuperar una relación armónica entre los maxilares (previamente desproporcionados). Con ella se logran mejorías dramáticas en las proporciones faciales, del perfil y de la mordida.
Su planeamiento es muy cuidadoso y requiere la ayuda especializada del ortodoncista, meses antes y después de la cirugía. Los resultados suelen ser muy buenos cuando se tiene una planeación adecuada y se dispone del tiempo, entrenamiento y medios adecuados para realizarla.
En el esquema de un paciente con exceso del tamaño de la mandíbula, las flechas señalan el sitio donde se acorta el hueso, recuperando el perfil y la mordida. Esta cirugía se hace totalmente por dentro de la boca.
Con el entrenamiento durante los años de formación necesarios para llegar a ser cirujano plástico, se adquiere la experiencia para tratar problemas del esqueleto de la cara, como los que dejan el labio y paladar hendidos o los que se presentan después de retirar un cáncer en la cara.
Antes de toda cirugía no urgente se debe solicitar información amplia sobre el procedimiento, sobre sus ventajas y desventajas.
Discutir y aclarar dudas con toda confianza es un requisito indispensable para toda operación exitosa.
Después de una o varias consultas es muy posible que se soliciten exámenes especializados para mediciones de la cara y en algunas ocasiones se inicien tratamientos dentales y de ortodoncia para poder hacer la cirugía en unos meses.
En otras ocasiones se podrá realizar de manera más rápida y en los casos de urgencias como fracturas, la intervención deberá ser lo más inmediatamente posible.
En todos los casos se realizarán exámenes de laboratorio y se elegirá un hospital o clínica adecuada, que pueda ofrecer la seguridad y los elementos necesarios para una operación con buenos resultados.
La ley colombiana para garantizar la seguridad de los pacientes, requiere que estos estén adecuadamente informados de su operación, antes de ser realizada, por lo que se les hará conocer, leer y firmar un documento conocido como consentimiento informado.
Toda cirugía implica cierto grado de riesgos, aunque estos son bajos para los casos que no son de urgencia; aún así, se pueden presentar complicaciones como hemorragias infección o incluso la muerte. En el área de la boca y cara son más comunes complicaciones de obstrucción para respirar y hemorragias.
Antes de su cirugía se deben discutir ampliamente los riesgos y estar seguros de que los beneficios de la cirugía los sobrepasan ampliamente. De no ser así, con seguridad usted o yo desistiremos de la operación.
Dependiendo del tipo de operación es posible que vaya directamente a su casa ese mismo día; en otros casos será necesario estar internado en un hospital o clínica por uno o varios días.
Es común que se presenten hinchazón y morados que suelen desaparecer en el término de días o semanas. El dolor suele ser mucho menor del esperado y se puede controlar con medicamentos. Si la cirugía es por la boca se le darán instrucciones especiales de aseo y dieta, para darle un mayor confort y tolerancia del postoperatorio.
En todos los casos se hacen necesarias las visitas de control después de la cirugía y en muchos se continuarán tratamientos por odontología y otros especialistas de la salud. En el caso de cirugía ortognática es muy importante el manejo coordinado con el ortodoncista por los meses siguientes, para no perder y mantener lo ganado con la operación.
Cambios mínimos en el esqueleto facial hacen grandes diferencias en la apariencia de una persona. Si las cirugías son bien planeadas, adecuadamente ejecutadas, y cuando el cirujano como el paciente saben qué esperar de ellas, los resultados pueden ser muy halagadores, Saber hacer una adecuada elección, la persistencia en el tratamiento, y una buena relación con el equipo tratante, son claves para resultados buenos y duraderos.